lunes, 14 de febrero de 2011

Otra vez, una pesadilla. Extraño los momentos en los que podía estar libre de preocupaciones y mi inconciente me dejaba dormir tranquila. Ahora no paro de soñar problemas, problemas y mas problemas. Es un laberinto de todos los miedos, preocupaciones y angustias condensadas en donde no hay manera de ganar, de cambiar las reglas del juego: siempre me va a tocar perder. Y así, me levanto a la madrugada empapada de sudor recordandome a mi misma que no es real lo que estaba pasando, intentando calmar esa ola de pensamiento que de repente se desatan para hacerme la vida un poco más dificil, para perseguirme a donde sea que vaya y no me dejen pensar en paz. Estoy harta de esto y espero con ansias el día en que tenga un sueño. Quiero soñar, algo lindo esta vez, por favor.

1 comentario:

Mar dijo...

Te quiero Cami, y me siento en la misma situación que vos, pero aveces también de las pesadillas se aprende, o nos sirve para que después cuando los buenos tiempos lleguen darnos cuenta que estamos mejor, que progresamos